El sistema HIFU de vibración biomolecular en las clínicas Dr. Esplugues

Cuando la primavera brilla en todo su esplendor o el verano hace acto de presencia, la luz y el calorcito nos invitan a llevar menos ropa. Es entonces cuando descubrimos si nuestra operación bikini ha sido un éxito. Pero, incluso si hemos llevado a rajatabla un estilo de vida saludable con una alimentación sana y equilibrada y ejercicio frecuente, siempre hay zonas del cuerpo que se resisten.

Para esas zonas de grasa localizada y persistente, el sistema HIFU de vibración biomolecular se presenta como una opción de sobresaliente. ¿Ya lo conoces?

¿Qué es el sistema HIFU?

HIFU (del inglés, High Intensity Focused Ultrasound, “ultrasonido focalizado de alta intensidad”), es, como indica su nombre, la focalización de ondas de sonido de alta energía y frecuencia. Esta concentración de las ondas ultrasónicas genera calor en un punto específico y esto tiene implicaciones importantísimas en medicina, tanto quirúrgica y de tratamiento de enfermedades como en la estética.

¿Cuál es el motivo? Con el sistema HIFU es posible “disparar” las ondas a un punto extremadamente preciso del cuerpo. En ese punto, las ondas hacen vibrar las moléculas a alta velocidad. Esta fuerte vibración causa el incremento de temperatura de las moléculas (hasta 60 °C), que llegan a destruirse o “romperse”. Por lo tanto, el sistema HIFU sirve para destruir tejido que no se desea con una precisión inaudita y sin necesidad de complejas operaciones de cirugía. Ni las zonas de grasa localizada más difíciles se resisten al tratamiento con este sistema.

Esta activación interna, la vibración y la destrucción tienen efectos muy interesantes en la medicina estética que podrás encontrar en las clínicas Dr. Esplugues.

Los efectos del sistema HIFU en tu piel

Ya hemos señalado el funcionamiento del sistema HIFU y su efecto más evidente, la destrucción de las moléculas a las que se dirigen las ondas de ultrasonidos. Pero ¿qué consecuencias tiene la aplicación del sistema HIFU?

Además de la eliminación de la grasa, el sistema HIFU también se puede aplicar para otras funciones estéticas. Una consecuencia que nos interesa mucho en este contexto es la retracción y remodelación del tejido conjuntivo. Este es parte importante de nuestra piel, el responsable de darle su “forma” y firmeza. El tejido conjuntivo está constituido principalmente por proteínas y con el tiempo va perdiendo la estructura tersa tan propia de la juventud.

Con la vibración biomolecular producida con la aplicación del sistema HIFU, las proteínas sufren un proceso de reestructuración molecular. Las proteínas modifican su estructura, es decir, su forma, de manera que se observa la retracción y remodelación del tejido conjuntivo.

El tejido reacciona con una respuesta inflamatoria y las fibras de proteínas, los fibroblastos, se “reorganizan” en tu piel, provocando que quede tersa.

Además, la vibración biomolecular genera la vasodilatación en la zona tratada, lo que aumenta el riego sanguíneo. Tu piel se “activa”, se pone en marcha, y el tejido se regenera y reconstruye. A corto plazo, aumenta la cantidad de colágeno, elastina y reticulina, proteínas del tejido conjuntivo responsables de la firmeza de tu piel.

¿Qué aplicaciones tiene la vibración biomolecular en la medicina estética?

Con lo que hemos contado hasta ahora seguro que te haces una idea de las principales utilidades del sistema HIFU que usamos en las clínicas Dr. Esplugues en los tratamientos estéticos. Sí, el rejuvenecimiento facial y la eliminación de la grasa localizada son los más llamativos.

Efecto tightening

El sistema HIFU permite controlar con mucha precisión la profundidad a la que se producirá la vibración biomolecular. En la piel encontramos diferentes componentes, o cantidades de componentes, situados a diferentes alturas. Así, no es lo mismo trabajar a 3 mm de profundidad que a 15 mm.

Esta precisión aporta distintas soluciones estéticas. Por ejemplo, entre los 4 y 6 mm de profundidad, en la epidermis facial y del cuello, conseguimos una remodelación de efecto inmediato, especialmente para la desaparición de la papada. Y sin acartonar la piel en el proceso.

Este efecto de aumento de la firmeza de la piel, el efecto tightening, es el resultado de la remodelación de los fibroblastos mencionados arriba. Normalmente se consigue con una sesión cada 21 o 30 días que estimule la formación de elastina y colágeno. Los efectos son inmediatos: firmeza, suavidad y juventud. Pero nos interesa especialmente esa formación de elastina y colágeno profundos, ya que estas fibras proporcionarán firmeza a tu piel a lo largo del tiempo.

Te recomendamos repetir el procedimiento cada 21 días hasta que consigas la mejora deseada.

Si estamos ante un caso de flaccidez muy avanzada, es posible hacer una sesión semanal durante dos o tres semanas y tras un espacio de 21 o 30 días repetir el procedimiento cada 21 días hasta lograr la mejora buscada.

Reducción de la flaccidez

La vibración biomolecular actúa, como hemos visto, contra la flaccidez de la piel. Ya sabes, la temperatura que se alcanza es el pistoletazo de salida de una serie de mecanismos biológicos encadenados que llevan a la formación del fibroblasto y luego a la elastina, el colágeno y la reticulina.

Estas proteínas estructurales de aspecto fibroso se articulan como una red o malla estirada y firme, que es lo que provoca la reestructuración de la epidermis dando a la piel turgencia y tersura. El resultado es una piel firme, sin flaccidez, de aspecto rejuvenecido.

Conseguir el mejor resultado dependerá del grado de flaccidez. Lo recomendable es una sesión semanal durante dos semanas y, a continuación, esperar 21 días para que los fibroblastos regeneren la elastina y el colágeno. El procedimiento se repetiría cada 21 días hasta conseguir la firmeza deseada.

Lipólisis

La grasa no se acumula en tu cuerpo libremente. En realidad está contenida dentro de células especiales llamadas adipocitos, que tienen como misión guardar partículas de grasa en su interior para cuando el cuerpo las necesite. Un mecanismo natural e imprescindible para la supervivencia pero que hoy en muchos casos se ha convertido en una molestia. Incluso en un problema de salud. La acumulación de grasa es algo que podemos resolver con la vibración biomolecular.

Entre célula y célula hay un fluido llamado líquido intersticial, que es sobre el que actuará la vibración biomolecular. La onda de impacto se transmite al líquido intersticial, provocando una cavitación (formación de burbujitas), que impacta y rompe la membrana de los adipocitos.

La grasa del adipocito se libera al romperse la célula y se elimina por el sistema linfático y sanguíneo. Nos libramos, así, de la grasa localizada. El resultado es la reducción inmediata del contorno corporal. Este tratamiento lo puedes realizar una vez por semana hasta conseguir el efecto deseado.

También existe la ultralipólisis, en la que, antes de aplicar el sistema HIFU, se infiltra una solución fisiológica que hace la misma función que el líquido intersticial pero con resultados mucho mayores. La ultralipólisis se puede hacer cada 20 días y puede intercalarse con lipólisis normal con espacio de 5 días.

Fibrosis

Cuando en la piel se produce un proceso reparativo o reactivo, como podría ser, por ejemplo, una cicatriz o una quemadura, es posible que se produzca la fibrosis. Es la formación o desarrollo excesivo del tejido conjuntivo fibroso. Se produce y acumula demasiado colágeno anómalo.

La vibración biomolecular puede romper y disolver la fibrosis. El impacto de la onda la fragmenta de manera natural e impide, además, que se vuelva a presentar. El resultado es la eliminación de la fibrosis y una superficie dérmica más regular y lisa. Puedes hacer una sesión semanal hasta conseguir el resultado deseado.

Celulitis

Hemos hablado de fibrosis, de células adiposas y de eliminarlas con HIFU. ¿Y qué zona rebelde está en el podio de las enemigas de las mujeres? La celulitis es uno de los problemas estéticos más comunes y para el que más se buscan soluciones. El sistema HIFU es una de esas soluciones, y es realmente buena. Pero ¿qué diferencia a la celulitis de otras zonas de acumulación de grasa?

En la celulitis se ha producido un deterioro de la matriz dérmica y vascular que lleva a la retención de fluidos en los tejidos dérmicos y subcutáneos. Los adipocitos se sitúan entre la piel y el tejido celular, agrupados y separados por bandas fibrosas que hacen de paredes. Esto mantiene a la grasa localizada y se forman compartimentos fibrosos. Por eso la piel se tensa hacia el interior del cuerpo, formando la llamada “piel de naranja” y los hoyuelos.

La cavitación rompe esta fibrosis, mejorando así la piel de naranja y liberando los vasos sanguíneos, haciendo desaparecer el dolor que a veces asociamos a la celulitis. Esto mejora la circulación sanguínea y facilita el drenaje linfático, disminuyendo las toxinas y líquidos que hay adheridos a la capa dérmica y en la propia celulitis. Los fibroblastos se reestructuran, mejoran los niveles de colágeno y elastina y, en definitiva, se remodela la zona.

La aplicación dependerá, una vez más, del grado de celulitis que tengas. Te recomendamos una sesión semanal durante dos semanas y después dejar 21 días para que los fibroblastos regeneren el colágeno y la elastina. Deberías repetir el proceso cada 21 días hasta conseguir la mejora deseada.

También recomendamos que el tratamiento de vibración biomolecular se complemente con otras terapias, como la carboxiterapia, que mejora la circulación, y la mesoterapia, que reduce el tiempo de recuperación.

Click edit button to change this text.