Hoy nadie discute los efectos beneficiosos de la Vitamina C. Tanto los animales como los humanos y las plantas necesitan este nutriente.
Los animales la producen a partir de la glucosa y la producción diaria es bastante considerable dependiendo de sus necesidades. También se la conoce como la vitamina del estrés ya que es capaz de reducir el cortisol.
Esta capacidad que tienen la mayoría de animales de sintetizar la vitamina C, no la tiene el hombre, motivo por el cual la vitamina C es un Nutriente Esencial en nuestra dieta. Está presente en muchas frutas y verduras y hortalizas que luego veremos. Nuestras necesidades de vitamina C varían dependiendo de muchos factores como: ejercicio físico, estrés, infecciones en general, preocupaciones, alimentación, edad, enfermedades autoinmunes, exposición al sol, etc.
Un gran déficit de vitamina C produce el Escorbuto enfermedad que cursaba con infecciones graves, hemorragias y sangrados varios igual que dificultad para la cicatrización de las heridas, entre otros síntomas. Hoy en día se produce raramente en nuestro ambiente.
Pero nuestro interés se centra en los efectos sobre la salud y el rejuvenecimiento. Cuando estamos en una situación de estrés nuestro cuerpo libera Cortisol hormona encargada de situaciones de peligro o emergencias para poder solucionar el problema. Cuando esta situación se alarga es cuando se producen los síntomas del estrés crónico como son, mal humor, síntomas digestivos de mala digestión, insomnio, cansancio, taquicardias, tensión arterial elevada, aumento de peso por estímulo del apetito, dolores cervicales y lumbares, piel seca y deshidratada, envejecida, aumento del estrés oxidativo, de los radicales libres, aumento de las infecciones por disminución de las defensas, disminución de la testosterona, disminución de la libido, etc.
Para valorar los efectos beneficiosos de la vitamina C se realizó un estudio alemán de personas que iban a hablar en público (situación de estrés). Se estudiaron los efectos de la suplementación de 1 gramo de vitamina C en un grupo y a otro grupo se les dio placebo. Los científicos observaron que el grupo que tomó 1 gr. de vitamina C presentaban unos niveles más bajos de cortisol y tensión arterial, que los que tomaron placebo en el que no hubo variación.
A parte de los efectos sobre el estrés, la vitamina C tiene un efecto fundamental para la fabricación de colágeno uno de los componentes básicos en la piel, cutis, tejido óseo, tejido conectivo (capa interna de los vasos sanguíneos), articulaciones, tejidos en general, sistema nervioso central. Aparte de al menos 7 reacciones enzimáticas más para la biosíntesis de carnitina, catecolaminas, hidroxilación de la prolina para la producción de colágeno, y otras funciones más. Destaquemos otra de las funciones importantísimas para nuestro organismo de la vitamina C, me refiero a su potente acción antioxidante. Nuestro organismo por el mero hecho de respirar y realizar las funciones metabólicas produce estrés oxidativo y radicales libres, responsables del envejecimiento celular y por ende de los tejidos (piel y mucosas), alteraciones en la síntesis de proteínas con posibilidad de producir alteraciones en la estructura de las mismas y formar tejidos potencialmente malignos. Si mantenemos unos niveles adecuados de vitamina C se enlentece el efecto de la oxidación en nuestro cuerpo y nos producirá un mayor rejuvenecimiento en el rostro, manos, articulaciones , evita el envejecimiento prematuro, de los tejidos en general y un aumento de la energía corporal, ayuda a la absorción del hierro.
Sí queremos destacar el papel preventivo en las Enfermedades Cardiovasculares y el efecto sobre el Sistema Inmune.
Vimos anteriormente que los animales producen vitamina C y es lo que les permite comer alimentos en estado de descomposición, sucios, llenos de tierra y otras sustancias que para nosotros serian perjudiciales y que gracias a su producción de vitamina C, no llega a causarles enfermedad. Pero gracias a la síntesis de vitamina C, los animales no presentan enfermedad coronaria, sin embargo el cerdo de Guinea, que no fabrica o sintetiza vitamina C, sufre el mismo tipo de lesión vascular que produce el infarto en los hombres.
Uno de los grandes defensores del uso de la vitamina C, fue un Premio Nobel de Química (1.954), el Dr. Linus Pauling (1.901-1.994) que publicó un libro sobre la vitamina C en Estados Unidos y se vio que el consumo de vitamina C aumento entre 300 a 350%. Las estadísticas de las defunciones por enfermedades cardíacas, disminuyó en un 30%. Se observó que mas del 80% de los pacientes que sufren enfermedades coronarias, tienen valores deficiente de vitamina C. También publicó un libro sobre la vitamina C y el cáncer que causó un gran efecto sobre la sociedad americana.
La vitamina C mejora el sistema inmune porque aumenta la producción de Interferón, sustancia que impide a varios virus provocar enfermedades infecciosas y degenerativas.
Por otra parte hemos visto que la vitamina C es necesaria para la fabricación de colágeno y éste es necesario, entre otros, para proteger las membranas celulares y las mucosas para evitar las infecciones. También mejora la producción y funcionamiento de los fagocitos, que son unas células encargadas de eliminar patógenos de la sangre, para mejorar nuestro estado de salud y produce un aumento en la producción de anticuerpos, proteínas que son capaces de reconocer y reaccionar frente a los antígenos, bloqueando microorganismos como virus, bacterias, parásitos de todo tipo, hongos, etc.
¿Cómo podemos beneficiarnos de los efectos de la vitamina C.?
Ya sabemos que la vitamina C es una vitamina Esencial, lo cual significa que el cuerpo no puede producirla y la debemos tomar del exterior, de todos es conocido que los cítricos son una fuente importante de vitamina C, además también se encuentra en los kiwis, fresas, guayaba, papaya, coles de Bruselas, brócoli, coliflor, melones, sandias, verduras de hoja verde, tomates, acerolas, perejil , pimiento, judías verdes entre otros alimentos.
También podemos tomar preparados a base de vitamina C muy abundantes en tiendas de nutrición y farmacias en forma de suplementos.
La cantidad diaria de vitamina C que recomienda la FDA esta entre 75 mg/día en la mujer y 90 mg/día para el hombre. Estas dosis son en situaciones normales, cuando se presenta alguna situación de estrés, ejercicio físico continuado, procesos infecciosos, etc., las necesidades aumentan y mucho.
Con fines terapéuticos y preventivos se recurre a dosis mas altas de vitamina C por vía intravenosa . Esto entra ya en el plano profesional y sería motivo de otro artículo.
De forma tópica hay muchos preparados que llevan vitamina C para la piel y fundamentalmente para cara y escote. Estas partes del cuerpo son las que mas expuestas al sol están, tanto en verano como en invierno y mas en la zona mediterránea. Como hemos visto la vitamina C es un gran antioxidante captando los radicales libres que se forman por efecto del sol en la piel, también actúa aumentando la producción de colágeno y elastina. Al aplicar las cremas de vitamina C (mejor por la noche para reparar el colágeno y la elastina) conseguimos que el rostro vuelva a tener más brillo y luminosidad devolviendo un aspecto mas juvenil al rostro y con el tiempo, una piel mas tersa y las arrugas se disimulan.